Introducción
Decir que el rendimiento en el fútbol depende de una serie de aptitudes y habilidades individuales, pero también, por supuesto, de las interacciones que cada jugador establece con sus compañeros y adversarios, no debería, en principio, suscitar muchas objeciones. De hecho, las capacidades técnicas y tácticas son determinantes, pero para tener éxito, cada jugador debe ser capaz de mejorar sus aptitudes físicas individuales.
La importancia del sprint en el fútbol moderno
Entre estas habilidades, dada la importancia primordial que asume en este contexto, es posible destacar la capacidad de correr repetidamente a gran velocidad durante un partido. En este contexto, se pretende reflexionar, de forma no pretenciosa, sobre diversos aspectos de la carrera de velocidad en el contexto de la práctica actual del fútbol, buscando contribuir al esclarecimiento de este tema.

Correr a alta intensidad y el riesgo de lesiones
De hecho, la literatura especializada se ha centrado cada vez más en las demandas anaeróbicas del fútbol y se ha registrado un aumento de las distancias de alta intensidad (>19,8 km/h) y de sprint (>25,2 km/h) que realiza un jugador en competición, valores que tienden a aumentar en los niveles competitivos más altos.
Al mismo tiempo, la epidemiología de este deporte describe la rotura de isquiotibiales como la lesión más frecuente en el fútbol (12% de todas las lesiones), produciéndose alrededor de 70% de estas situaciones durante el sprint, e identificándose la edad y la lesión previa como los mayores factores de riesgo. Esto nos permite concluir que el mecanismo de lesión más frecuente (sprint) para la lesión más frecuente en el fútbol (rotura del músculo isquiotibial) se ha ido produciendo cada vez más en el contexto del juego.
Especificidad del entrenamiento de sprint
Por lo tanto, la cuestión es cómo podemos evitar que se produzcan estas situaciones o, en otras palabras, saber si es posible preparar a los jugadores para minimizar el riesgo de lesión.
Está claro que el entrenamiento de la velocidad es muy específico. Esto significa que el sprint tiende a mejorar naturalmente la capacidad del jugador para esprintar a máxima velocidad. Como tal, no sólo como herramienta de entrenamiento sino también como factor para reducir el riesgo de lesiones, es esencial exponer a los jugadores a carreras de alta intensidad. En este sentido, creo que deben incluirse en el entrenamiento ejercicios que promuevan este estímulo, proponiendo, en particular y entre otros, ejercicios con más espacio a lo largo que a lo ancho, que promuevan acciones de carrera profunda y de alta intensidad, con el objetivo, por ejemplo, de llegar a la portería contraria.
Control de la carga de Sprint con tecnología
Lo ideal sería garantizar la disponibilidad para recoger datos específicos sobre las cargas agudas y crónicas, basados en las distancias recorridas y los sprints realizados, tanto en los entrenamientos como en las competiciones, utilizando dispositivos GPS o sistemas de seguimiento, con el uso de cámaras instaladas a tal efecto. Cuando sea necesario, este trabajo debe realizarse de forma analítica, para garantizar que todos los jugadores reciben esta exposición, en la cantidad e intensidad adecuadas a su posición, en función de lo que se les exige específicamente en el juego. De no ser así, las posibles consecuencias prácticas serán imprevisibles.

El papel de la cinética y la cinemática en el sprint
Además de esta exposición a la carrera de alta intensidad, hay componentes del rendimiento en carrera de los jugadores que pueden trabajarse simultáneamente, utilizando las aportaciones de la cinética y la cinemática. La cinemática, área que, aplicada a este contexto, analiza el movimiento de los segmentos biomecánicos durante la carrera, y la cinética, que relaciona este movimiento con las fuerzas que lo provocan, tienden a ser infravaloradas.
Sin embargo, son áreas complementarias y especialmente relevantes en diversos aspectos del entrenamiento de la velocidad. De hecho, es crucial que el jugador esté entrenado para aplicar eficazmente grandes cantidades de fuerza en los apoyos que realiza.
Exigencias excéntricas y preparación de los isquiotibiales
Y ello, evidentemente, porque cuanto mejor preparado esté el jugador para realizar carreras de alta intensidad, repetidas en el tiempo y, eventualmente, bajo fatiga, mejor será su rendimiento y menor el riesgo de lesión al que estará sometido. A pesar de ello, no sólo importa la cantidad de fuerza aplicada, sino también la forma en que ésta se aplica.
Supongamos, por ejemplo, que un jugador, durante la carrera, realiza una mayor flexión del muslo en la fase media del swing. Esto provocará una mayor fuerza aplicada al suelo en el apoyo posterior. Sin embargo, si este apoyo se realiza por delante del punto de proyección del centro de masa sobre el suelo, parte de la fuerza se aplicará en sentido contrario al desplazamiento, circunstancia que será contraproducente.
Entrenamiento de sprint en condiciones de fatiga
Otro ejemplo práctico de la importancia de estas zonas para el entrenamiento mencionado es la necesidad de preparar la musculatura posterior del muslo para la realización de acciones explosivas. Sin embargo, esto por sí solo no será suficiente, ya que la realización de un sprint incorpora estas acciones explosivas en grandes amplitudes musculares.
Los isquiotibiales, músculos biarticulares constituidos principalmente por fibras de tipo II, van a ser exigidos en una acción excéntrica de gran amplitud y enorme fuerza de tracción, que se produce principalmente en la fase inicial de apoyo, y en este momento puede producirse una posible lesión muscular (aunque no existe consenso, este momento es identificado en una parte importante de la literatura especializada como aquel en el que con mayor frecuencia se producen roturas de isquiotibiales). De ahí la necesidad de realizar un entrenamiento específico, incluso en situaciones de fatiga, dirigido a minimizar el riesgo de que se produzca este tipo de lesión.
Correr a gran velocidad en los protocolos de vuelta al juego
La cinética y la cinemática son, sin duda, elementos clave en el entrenamiento de la carrera de alta velocidad, ya que permiten conocer más en profundidad el mecanismo del sprint. Esta comprensión ayudará al responsable de prescribir el entrenamiento, no sólo a la hora de diseñar los ejercicios, sino también a la hora de definir las estrategias de vuelta a los entrenamientos tras una lesión. Además, en un proceso de Return To Play, es esencial que los jugadores sean sometidos progresivamente a distancias de alta intensidad y sprint hasta que la carga aplicada sea equivalente a la que encontrarán cuando se integren al entrenamiento con el resto del equipo (fase final del proceso de RTP).
Conclusiones: La preparación para el sprint como factor de rendimiento y seguridad
En definitiva, si consideramos que los futbolistas inevitablemente tienen que realizar sprints a altas velocidades durante el partido, es fundamental que estén preparados para realizar este tipo de acciones. Para que el jugador mantenga/mejore su rendimiento y esté disponible para este esfuerzo en competición, es imprescindible una buena preparación previa, que tenga en cuenta los mecanismos de la carrera y la epidemiología del deporte.